Amigas y amiguitas

Mi mami hace una diferencia entre sus amigas y sus amiguitas. Pero "amiguita" no es una expresión peyorativa, para nada. Es un concepto de aquellos que se entienden mejor si no se explican. Sin embargo quisiera explicarlo, por alguna extraña razón que escapa a mi entendimiento. 

Para mí, las amigas son los seres entrañables que forman parte de nuestras vidas y corazones, desde lo más profundo. Con quienes podemos compartir las penas, las alegrías, las decepciones. Esas relaciones de destino, que resisten al paso del tiempo, que atraviesan décadas, países, distancias, enojos, malos entendidos. 

Pero hay una especie dentro de ese género de la amistad entre mujeres. Todas podemos reconocerlo. Las amiguitas son esos seres maravillosos que encontramos por la vida, cotidianamente. Amiguitas son personas tal vez no íntimas, pero con quienes tenemos una conexión inmediata, influida seguramente por los hilos ancestrales que nos unen a las mujeres entre nosotras. Amiguita es la vecina con quien saludamos cada mañana, la señora de la tienda, la señora que vende películas, empanadas, frutas; la chica con quien nos encontramos en la parada del bus, la señora que nos pinta las uñas, o a quien le pintamos las uñas, mientras intercambiamos cómplices, penas, en la facilidad que da para hablar y desahogarse la posibilidad de cierto anonimato. La amiguita es la señora a la que le contamos nuestros problemas íntimos, sabiendo que posiblemente no le volveremos a ver. Porque no nos conoce, porque no conoce a nuestra familia, porque no nos juzgará. O sí lo hará, pero no importa. 

Amiguita es aquella mujer con quien saludamos cada vez que le vemos en la calle. Cuya trayectoria vital seguimos en grandes zancadas. Sí, ya me casé, sí, ya tuve guagua, sí, ya tuve otro, sí, ya me separé, sí, ya me enamoré de nuevo. En esa intermitencia de los encuentros de las amiguitas, en lo esporádico y efímero de las conversaciones, se van afianzando esos amores instantáneos, pero constantes. Esas simpatías que surgen de modo automático con la primera sonrisa mutua. El valor de las amiguitas está en el desapego y el amor desinteresado. 

Un brindis por las amiguitas.