Cuenca y sus amores prohibidos (Collage afectivo)


(…) La Real Academia Española, (…) en las acepciones pertinentes, define al vocablo hombre como: “(…) persona del sexo masculino (…) varón que tiene las cualidades consideradas masculinas por excelencia (…)”. A su vez, al término mujer la define como: “Persona del sexo femenino (…) que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia”.Una vez que por las consideraciones realizadas en líneas precedentes, según la Constitución de la República del Ecuador que nos rige, ha quedado explícito que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer (….)
Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia del Azuay,10 de septiembre de 2018

Peluches en funda. Cuenca, 2017.

 (En el Ecuador, la visibilidad del movimiento por la liberación homosexual, tiene un detonante, que fue la irrupción policial en un establecimiento de diversión llamado “Abanico’s Bar, en Cuenca, un 14 de junio de 1997, donde se elegía a la reina de belleza gay. El Grupo de Operaciones Especiales de la Policía, tras denuncias del vecindario, hizo cumplir el artículo 516 del Código Penal, que condenaba la homosexualidad. Los policías desalojaron el local, detuvieron a quienes participaban del acto y los encarcelaron. En la cárcel, humillaron a los detenidos con agresiones físicas, verbales y sexuales. Personas travestis, incluida la reina elegida, fueron encerradas con sus ropas femeninas en los calabozos. Al día siguiente, la ciudad vio y reconoció por televisión a cada uno de los acusados. Patricio Montaleza, “Revolución Gay en Cuenca”, en Revista Vistazo No. 718, 17 de julio 1997, pp. 81-82).[1]

La despenalización de la homosexualidad inició en Cuenca y continuó con la movilización nacional y la presentación de una demanda ante el entonces Tribunal Constitucional, el mismo que, el 27 de noviembre de 1997, declaró la inconstitucionalidad del artículo 516 del Código Penal. De esta manera, la lucha organizada acabó por despenalizar la homosexualidad en el Ecuador.
(“No recordaba que antes haya pasado una cosa semejante en Cuenca y lamentaba que ocurran atentados a la moral como ese”. Diego Castro, Intendente de Policía del Azuay, Diario El Tiempo, 18 de junio de 1997).

Veintidós años después, estuve en Cuenca y visité la exposición “Amor prohibido” en la Casa de la Cultura; obra colectiva de María Elissa Torres, Raúl Armijos y Pedro Gutiérrez, organizada por Kaleidos. Este recorrido emocional por un museo de la inocencia amorosa fue también de viaje interior y hacia los corazones y trayectorias afectivas de querides amigues míes: Gerald, José Luis, Xavier, Janeth, Pachi y Pauli. 

(“Pero qué error más primitivo y bestial: a esos “infractores” se los castigó introduciéndoles en la cárcel general para que les o se “satisfagan” con los que allí residen.”  Salvador Pesántez, “Infierno Rimbaudiano”, en Diario el Tiempo, 30 de octubre de 1997.)

Mi amiga Vero Potes en su lucidez furiosa me dijo alguna vez que el asunto del #Loveislove es super capitalista  y que le parece terrible que lxs maricas sean los únicos que deben demostrar que se aman, para casarse. Porque los heterosexuales nos casamos por amor, por costumbre, por obligación, por unir reinos o por conveniencia: porque podemos. 

(“Una vez que el Tribunal Constitucional, en un acto compasivo y benevolente resolvió despenalizar el homosexualismo en el Ecuador, constituyendo en Latinoamérica uno de los pocos países que no reprimen esa práctica, la sociedad ecuatoriana se va a convertir en una masa aún más disímil y compleja. (…) Con la nueva disposición estos seres podrán deambular con toda libertad y realizar actividades que hasta ahora les han sido prohibidas, al menos a la luz pública.”Margarita Toral, “La hora de los gays”, en Diario El Tiempo, 30 de noviembre de 1997.)

Pensaba que Cuenca es, lo dice todo el mundo, la ciudad más bella del Ecuador. Yo creo que es la más bella pero también la más patriarcal, clasista y colonial. El 25 de noviembre, en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se presentaron los datos de la II Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y de Violencia de Género contra las Mujeres. Azuay es la provincia con mayor incidencia de violencia en el país: el 79.2% de mujeres han vivido violencia física, sexual, psicológica o patrimonial.
(“En el Ecuador hay un retraso respecto a la evolución jurídica en otros países, donde incluso existe la unión social reconocida entre homosexuales. No soy partidario de legalizar estas uniones. Sin embargo, nuestro Código Penal sanciona el homosexualismo como delito, atentando contra la libertad sexual. El hecho de confesarse homosexual no creo que sea una causa de delito. Para mí es una aberración, es un acto inmoral y una violación del precepto religioso, pero tampoco puedo rechazar a una persona por ser homosexual". Max Coellar, abogado y catedrático universitario cuencano, 1997)

El machismo va de la mano con la homofobia. El mismo sistema patriarcal oprime a las mujeres y a   las disidencias. Cuenca es la cuna de la despenalización de la homosexualidad por la brutal represión y debe ser recordada por la valentía de quienes fueron los actores de la despenalización: Pachi Coellar y Jaime Terreros entre ellxs.
(“Lo natural es la relación varón-mujer, heterosexual, pero si se dan casos y múltiples de lo otro, yo creo que hay que detenerse tratándolos pastoralmente. Yo creo haber tenido una gran experiencia en esa materia, respetándoles, siempre tratándoles bien, nunca mal… lo que sí les he dicho, y algunas veces hasta con ira de varón, no se exhiban tanto, porque la mayor parte de los problemas nace de que el homosexual quiere, bueno ahora también la lesbiana, quieren que aparezca su relación como tan normal como la otra, y nadie acepta eso, aunque seas muy generosa y no te importe llevarte con esa clase de gente.” Monseñor Luis Alberto Luna Tobar, en entrevista para Judith Salgado, en La reapropiación del cuerpo, derechos sexuales en el Ecuador, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Editorial Abya-Yala, Corporación Editora Nacional, 2008, pp. 90-91.)

Según Luigi Ferrajoli, “todos los derechos fundamentales son configurables como derechos a la exclusión o a la reducción del dolor”. En Cuenca, han sido las y los activistas de la diversidad sexual y de género, desde aquellos y aquellas pioneros de 1997, hasta los que desde 2012 se organizaron para la defensa de sus derechos; quienes han ido alcanzando mayor posicionamiento y notoriedad en el espacio público. Todos los derechos, lejos de ser concesiones del poder, son reconocimientos ganados a pulso por las poblaciones oprimidas que los reclaman. En 2012 se inició la construcción y aprobación de la Ordenanza para la inclusión, respeto y reconocimiento a la diversidad sexual y sexogenérica en el cantón Cuenca, otro hito local en la lucha de las disidencias. 
(“Queridas personas de GLBT, yo sí los amo y los amo de corazón (…) ustedes no son un genital pegado a un cuerpo, ustedes no necesitan una marcha del orgullo gay, no necesitan disfrazarse para que los amemos y esto sí debe estar muy claro, ustedes mis queridos hermanos están siendo manipulados y utilizados por gente inescrupulosa que solo les interesa el poder y el dinero (…) ustedes no necesitan quitarle dinero del presupuesto de las obras sociales de esta comunidad para dar de comer a los pobres y sustentar a los niños para hacer una fiesta, no necesitan una presea para sentirse personas porque ya lo son, ustedes son personas hermosas, completas, vivan lo que ustedes crean lo que tienen que vivir, pero vívanlo con la dignidad (…) no tienen que hacernos vivir a todo el resto fiestas, paseos, marchas de semidesnudos, no necesitamos ver sus cuerpos desnudos o pintados para amarlos, ya los amamos (…)”. Nancy Tosi, lideresa provida, 20 de marzo de 2014).

Para que la Ordenanza se aprobara finalmente, tuvieron que pasar cuatro años. Recuerdo que, en el debate definitivo, en el que estuve como espectadora, ya no como concejala, llegaron unas monjitas a regalar pan a los y las concejalas. Fue un mensaje claro. La Ordenanza se aprobó, finalmente, luego de una lucha que no ha terminado. Hoy, en nuestro país, la eclosión de grupos evangélicos, antiderechos y de agendas oscurantistas, la bolsonarización de la vida, en suma, ha vuelto a poner una cortina sobre las demandas de la población LGBTI.

(“Una ordenanza específica pudiera ser discriminatoria con otras poblaciones, como los refugiados, los afroecuatorianos, migrantes, personas con discapacidad y hemofílicos”.“Las personas que están dentro de los grupos de LGBTI son seres humanos comunes y corrientes como nosotros, con los mismos derechos y con las mismas responsabilidades y por eso mismo, no creo que sean menos, excepto si ellos se sienten acomplejados para considerarles especiales (…) decir que se adopte el 28 de junio el día del orgullo de LGBTI, pregunto cuántas ordenanzas adoptaron el día del padre, el día de la madre, el día del amor, el día del árbol”. “Desde hace algunos años la discusión en torno a las identidades y las particularidades se ha vuelto casi una obligación de los debates, al extremo que todos demandamos nuestra identidad particular y en estas identidades todos nos terminamos convirtiendo en unas mónadas que ya no podemos tener espacios de diálogo común y la convivencia solo supone tener espacios comunes”. Jaime Moreno, Julio León, Tarquino Orellana, respectivamente. 20 de marzo de 2014) 

El arte siempre permite que lo que la política, el derecho, la religión, la medicina y la iglesia reprimen. “El trabajo de Oh In-hwan, se enfoca en la presencia invisible de la sexualidad gay. Una de sus obras es sobre los viejos bares en Jongno, que son más de cien, agrupados pero escondidos. Desplegó un mapa sobre el piso y colocó incienso y objetos perfumados sobre los sitios que correspondían a la ubicación de los bares gay. Utilizó el aroma para expresar lo invisible. Otra obra de este artista es un póster de una fiesta en un día feriado, que organizó para sus amigos gais. La lista de invitados está escrita sobre él, pero como sus nombres no podían ser legibles, todos ellos aparecen tachados en negro. El meollo de la obra de Oh In-hwan es mostrar lo inmostrable." Carlos Mota, Cristina Mota, Nosotros que sentimos diferente, 2011).

 (“Cuenca se caracteriza por ser una ciudad de cultura y por qué no permitirnos a nosotros ser parte de esa cultura y no ser discriminados, por nuestros derechos, por nuestra igualdad, pedimos que se nos respete. Se habla mucho de derechos humanos, de que nos quieren, que nos aman, pero al fin y al cabo no es así, por eso estamos aquí dando la cara por esa ordenanza.” Angie Queen, 20 de marzo de 2014).

Pocas cosas cambian tanto la vida como el arte. A veces entender profundamente la importancia de respetar y no herir a otro, pasa por la convivencia, por las conversaciones, por esos encuentros sensibles con objetos o con personas, que cambian la vida para siempre. Era 2012, fui a mi primer plantón por el Día del orgullo en Cuenca y se lanzaron globos de papel de colores esa noche. Llegué a mi casa y vi que en la terraza estaba uno de esos globos. Había caído ahí y en ningún otro lado. El compromiso estaba claro.

(“El día de ayer en la tarde conversamos y creo que otra cosa es hablar con las personas y tratar de entender lo que viven de cerca, a la activista no le había conocido, primera vez que habíamos hablado, conozco a algunos de sus familiares, son buenos amigos míos, son una familia honorable y me ha dejado reflexionando muchas cosas desde la noche de ayer y el día de hoy” Joaquín Peña, 20 de marzo de 2014).

La exposición Amor prohibido recupera ese valor emocional de los objetos y ese potencial transformador del arte. Un osito de peluche, unos juegos de nintendo, unas cartas de amor, unas fotografías, unos anillos de compromiso que retratan estos amores alguna vez proscritos, hoy, libres y hasta reconocidos legalmente, no sin inconvenientes, pero amenazados por una segunda Edad Media que avanza mundialmente. Quizás ante el abandono estatal y local de las políticas afirmativas para la población LGBTI cabe la maravillosa tarea de tejer afectivamente, desde el arte, con los objetos, desde la cotidianidad y desde el contacto, ese acercamiento a la denuncia de las injusticia. Otra forma de resistencia. 
(“Este Oso se llama Paulito, tiene 4 años. Lo compré para mi novio Paúl, vivíamos en diferentes provincias y él siempre me pedía que ya se lo diera para llevárselo a su casa. Nuestro sueño era vivir juntos y Paulito representaba el niño, la casa, la vida que nos esperaba cuando ambos hayamos acabado nuestras carreras y, estables, pudiéramos comenzar una vida juntos. Yo no se lo daba porque el objetivo que tenía Paulito era juntarnos cuando estemos preparados. Lamentablemente Paúl falleció, la familia de él no aceptaba nuestra relación y no pude asistir a su sepelio, por lo tanto el Oso quedó como mi unión con él al cual abrazo cuando lo extraño y al cual le sigo contando como ha ido mi día, y los planes que tengo a futuro”. Gerald, noviembre de 2019).
Cuando se luchó por la despenalización de la homosexualidad, estudiantes de artes de la Universidad de Cuenca se tomaron la plaza pública, el Parque Calderón, lugar central en la vida de las cuencanas y cuencanos, frente a la colosal y acusadora Catedral y también conocido por ser un punto estratégico para encuentros de amores gays. No hubieran tenido otro espacio en el que poder exponer, porque era delito. De ahí la importancia de la calle, que es de todxs, que es de nadie. Hoy, la Casa de la Cultura acogió esta muestra en su Vitrina, para poder conocer las historias ocultas en su momento y ahora públicas. 
(“Estos anillos los intercambiamos simbólicamente Tala y yo el 29 de enero del 2010, fuimos de las primeras parejas del mismo sexo en acceder a la unión de hecho en el Ecuador. Nos conocíamos desde hace más de una década y, aunque participamos del proceso de la Asamblea Nacional Constituyente en Montecristi en el año 2008 para que el Estado reconociera la unión de hecho entre parejas del mismo sexo, nosotras, que ya vivíamos juntas, no pensábamos hacer ese trámite porque nuestro amor y compañía nos resultaba suficiente.
No obstante, cuando ella enfermó decidimos unirnos para poder acceder a varios derechos que no se tienen cuando las parejas no están reconocidas legalmente, como el Montepío. Gracias a esta unión de hecho generamos un lazo sin el cual no hubiéramos podido reclamar jurídicamente nuestros derechos, lo cual resultó importante, pero que de ninguna manera se compara o es prueba del amor que antes ya nos profesábamos y permanecimos juntas en toda la enfermedad hasta su muerte y el amor a la Tala es hasta ahora y por siempre.
Nuestra unión de hecho fue de las primeras del país. El acceso de mi parte al Montepío fue el primero del país y uno de los primeros de Latinoamérica, siendo un caso emblemático que sirve de precedente para futuras luchas de la comunidad LGBTIQ+.” Janet y Tala, noviembre de 2019.)
Generalmente los amores prohibidos no terminan jamás. Ni siquiera con la muerte. 


[1]Mi amigo Gerald Brito, a quien quiero dedicar este escrito, hoy comentó sobre este episodio histórico que le parece un lugar común empezar con la historia del Abanicus Bar. Pues lo siento amigo querido. La pieza más importante que tengo en mi taller es el retrato de Julio Plaza, a cuyo funeral, católico y celebrado en Julio’s Peluquería, me invitaste. Cuando la vi el sábado otra vez, se me ocurrió escribir este texto.

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