Ecuador, el país que odia a las mujeres

Cuando trato de asimilar que nuestras leyes no son suficientes para garantizarnos una vida libre de violencias; cuando palpo con terror que las reformas en niñez y adolescencia (alimentos y pensiones) están hechas a la medida de organizaciones de padres con motivaciones misóginas, cuando veo escandalizada que en el año ya son 64 las mujeres asesinadas, la mayoría de ellas por violencia de género; cuando me siento como crítica que soy del sexismo en la política y en las leyes como un pulpo que ya no puede atrapar más agresiones, viene un nuevo ataque. 
Un proyecto de Código Orgánico de la Salud, que entre otras cosas, va a restringir la comercialización de la leche de fórmula. Los motivos: incentivar la lactancia. De acuerdo con incentivar la lactancia. ¿Cómo se logra? Con corresponsabilidad, con licencias más extendidas a las madres y PAGADAS, con flexibilidad horaria en trabajos, con fomento
de grupos de apoyo a la lactancia, con entornos de corresponsabilidad, apoyo en el cuidado y bienestar de la madre lactante. No con la restricción de la leche de fórmula. No soy madre (y seguro quienes mueven este proyecto de ley tampoco lo son) pero conozco mujeres a quienes simplemente no se les da la leche. Inclusive habrá mujeres (muy excepcionales casos) que no deseen dar de lactar. Fomentar la lactancia pasa por políticas integrales, no por restringir ni prohibir algo que es opción para muchas porque el entorno es hostil para ser madre y dar de lactar. Esas son las cosas que tienen que cambiar, si no, tendremos el resultado de más presiones para las mujeres. Un control de nuestros cuerpos inaceptable.
"La leche de fórmula y algunos medicamentos que son de fácil acceso en supermercados o farmacias están en la lista de productos que más adelante podrían requerir receta médica u otro tipo de control para su expendio. Al menos esto es lo que propone el nuevo Código Orgánico de la Salud que en mayo pasado fue sometido al primer debate en la Asamblea y que hoy mantiene en vilo a ciertas industrias que advierten que estas barreras podrían afectar las ventas y provocar un alza de precios." Dice la prensa. 
Entiendo que cada madre sabe por qué da de lactar o por qué no lo hace. La leche de fórmula ya es bastante cara como para que las mamás la usen "porque les da la gana". Hay que hacer públicos los beneficios de la lactancia para la madre y el niño, no imponerla, no restringir las alternativas. Basta de meterse en nuestros úteros y en nuestros senos. 
La medida va a encarecer la leche de fórmula y va a hacer que las madres recurran a sustitutos como coladas o maicenas que sí pueden afectar la nutrición de las guaguas. Este atropello no puede continuar.

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